El 23 de noviembre, día en que se inauguró la 64⁰ edición de la Muestra Internacional del Helado Artesanal y Natural, nadie podía imaginar la enorme aceptación que tendría esta nueva propuesta de feria, especialmente entre los heladeros jóvenes, ávidos de una artesanalidad más pura, y como tal, más respetuosa del medioambiente.
La nueva MIG elaboró un reglamento exigente, que excluyó la participación en la feria de todo tipo de productos y premezclas que no fueran estrictamente naturales. La nueva MIG no se dirige a amateurs sin formación profesional que deseen tomar el camino fácil de echar una premezcla lista para usar en una mantecadora. La nueva MIG, a diferencia de otras ferias puramente comerciales, se dirige a aquellos profesionales idóneos que quieran elaborar su helado con materias primas naturales, en lo posible utilizando los productos de estación y del propio territorio. Y para ello, hay que saber, hay que formarse, hay que aprender a balancear el helado para adaptarlo a las materias primas de las que se dispone.
Por esta razón, la MIG apuntó también a la formación. Una formación que permita al heladero trabajar de forma independiente, sin volverse esclavo de sus proveedores. Cuanto más sepa un heladero sobre formulación, cuanto más conozca sobre las razones que llevan a combinar o no las distintas materias primas, más independiente y autónomo se volverá.
La nueva MIG mira al futuro, pero volviendo a la tradición del artesanato más puro.
Es el conocimiento el que nos hace libres y nos permite desarrollar nuestra creatividad para llevar el helado artesanal a los niveles más altos de excelencia.
Esta propuesta no fue indiferente a los jóvenes. No es casual que el 52% de los visitantes de la MIG correspondiera a la franja etaria de los 21 a los 35 años. Jóvenes sedientos de conocimientos, que aprovecharon las instancias formativas ofrecidas por la MIG y que sin duda seguirán profundizando su formación, con la esperanza de llegar a elaborar sus propios helados partiendo de las materias primas tal como nos las ofrece la naturaleza, liberándose así de la dependencia de mezclas industriales.
Los organizadores de la MIG 2024 tomaron una decisión sin duda riesgosa, que apunta a exaltar la cultura del helado artesanal y natural en su grado más puro. Fue una muestra exclusiva, pero en el buen sentido de la palabra. Excluyó todo lo que no estuviera en sintonía con el nuevo objetivo de la MIG, y esa decisión está dando frutos.
Durante los tres días de feria se vivió un clima de euforia y orgullo por el trabajo bien hecho. Por supuesto que esta elección, al ser tan selectiva, conllevó a que la cantidad de expositores fuera algo menor que en ediciones anteriores. Sin embargo, la respuesta del público y la satisfacción de los expositores sobrepasó todas las expectativas y nos dejó entrever que sin duda estamos en el inicio de algo grande.
Además de las instancias formativas, como las Clases Magistrales y mesas redondas con investigadores y profesionales del área de la salud, asistimos a una gran variedad de eventos, como la presentación del Archivo donado por los grandes Maestros Caviezel y Pozzi a la MIG, cuya digitalización llevó años de intenso trabajo; las degustaciones de 24 sabores de helados en el marco del Percorso del Gusto, elaborados por heladeros provenientes de todo el mundo; el tradicional concurso Coppa d´Oro, en el que entre otros compitió el heladero argentino Nahuel Rampoldi; el Concurso de la Granita Siciliana, entre otras tantas actividades que mantuvieron los pasillos de la feria llenos desde la inauguración hasta el cierre.
En nuestra próxima edición de Heladería Panadería Latinoamericana estaremos profundizando más sobre todos estos acontecimientos. Los invitamos a que nos visiten en www.publitec.com