La MIG 2024, en línea con la nueva configuración de la feria, que privilegia el helado artesanal preparado con materias primas naturales, contará con una calificada representación de productos DOP e IGP agroalimentarios nacionales, incluyendo productos protegidos Slow Food y marcas de tipicidad regionales.
Pistacchio di Bronte, Nocciola del Piemonte, Limoni di Sorrento, Arancia Rossa di Sicilia, Clementine del Golfo di Taranto IGP, Mandorla di Toritto, Zafferano delle Dolomiti, Miele delle Dolomiti, Mandorlato di Cologna Veneta, son sólo algunas de las producciones que se expondrán en Longarone, traídas directamente de las haciendas productivas y de sus Consorcios de Protección, tanto en estado natural como en pasta sin aditivos; cremas y confituras.
Todo esto gracias también a la colaboración de Origin Italia – Associazione Italiana Consorzi Indicazioni Geografiche, que reúne los Consorcios de Protección de productos agroalimentarios DOP e IGP.
La Región del Véneto, en el área que ocupará en la MIG, contará con una cantidad de productos representativos del Véneto, con los que se prepararán helados de alta calidad, que se ofrecerán en degustación al público presente.
Además del indudable aspecto cualitativo, el incluir en heladería gustos de helado realizados con estos productos representa un fuerte atractivo promocional que permite diferenciarse y lograr que el consumidor prefiera esta propuesta por sobre otras tantas de helados con gustos estandarizados.
Todo lo dicho, está confirmado en la investigación “Conoscenza e percezione di valore delle denominazioni DOP e IGP tra i consumatori in Italia” (Conocimiento y percepción de valores de las denominaciones DOP e IGP entre los consumidores de Italia) realizada por la Luiss Business School, con el apoyo de Amazon, de la que se desprende cómo para la mayor parte de los consumidores, las denominaciones DOP e IGP representan un reconocimiento significativo de autenticidad (81%) y de calidad superior (69%).
Es por lo tanto una oportunidad de marketing y una clara demostración de conocimientos profesionales de parte de aquellos heladeros que, transformando con capacidad los productos que caracterizan su territorio, crean un helado único e irrepetible, tanto por su sabor como por los valores que expresa.
Esto abre una gama de múltiples oportunidades para insertar la heladería en una verdadera red de relaciones y de intercambio para llegar a actuar dentro de un territorio en forma activa y propositiva. Algo que ya se ve en la gastronomía típica de calidad y en el mundo de los vinos, donde los diversos territorios, con su propia historia y cultura, son hoy parte integrante de la oferta incluso turística.
También bajo este perfil, la MIG 2024 representa una oportunidad que los heladeros atentos a la evolución del mercado no se pueden perder.
